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Requiebro

Navidad en el Hemisferio Sur

En Rio llueve con la inmensidad de una ciudad tropical y cuando llueve los mangos huelen más, incluso diría que mejor.
Pero el dia que me viene ahora a la memoria era un día soleado, un mediodia para ser más exactos, se acercaba navidad y el calor era sofocante; la humedad y el sol a plomo caía sobre la ciudad cuando salíamos del trabajo para comer. Curiosamente el Papa Noel de la esquina vestía de puro invierno, igual que aquí en Barcelona: traje rojo, grueso, barba blanca, botas, todo igualito, incluídos los villancicos, sólo que a 38ºC.
Lo encontré fascinante. ¿Por qué no se dedicaban a reinventar el invento y le adecuaban el vestuario? Hubiera sido tan bonito ver un Papá Noel paseando mientras "sambaba" feliz de traje corto y chancletas dispuesto a pregonar la felicidad por Copacabana. Y nada de nueces y otros frutos secos, no, para nada, tendría que ir derrochando mangos, papayas, acerolas por la playa, o mejor aún repartiendo caipirinhas a la voz de feliz navidad entre chapoteos de agua del mar, porque increíblemente en navidad hay gente que pasa calor y se baña en el fantástico océano. Cosa que hace que me muera de envídia.

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